Mamá adoptiva. Soy tu mamá, no de sangre, sino de corazón
Soy tu mamá, no de sangre, sino de corazón
Yo fui quien te dio todo el calor
cuando pequeñito llegaste a mis brazos,
te mostré mi amor,
Fui yo quien escuchó tu llorar,
te enseñé a caminar
te consolé y te ayudé
a ser feliz al andar.
Soy tu madre, hijo mío
te llevo aquí muy adentro,
te amo y te entiendo
siempre gozo en ti yo encuentro.
Soy tu madre, hijo mío,
eres risa de mi risa,
eres llanto de mi llanto,
pendiente voy de lo que pisas.
Soy tu madre, hijo mío
porque criándote te cuidé,
siempre en ti yo me alegré
y en las noches tu sueño velé.
Soy tu madre, hijo mío
porque cuando te enfermaste
mis ojos no se adormitaron
hasta verte sano y feliz.
Soy tu madre
y siempre, siempre lo seré
tu eres mi eterno hijo
y con gusto me deleitaré.
Soy tu madre, hijo mío
no importando lo que diga la gente
no de sangre pero de corazón
aunque tengamos piel diferente.
Soy tu madre, hijo mío
y te querré hasta morir
y aún en la eternidad
quiero a tu lado vivir.
Por Mery Bracho
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Imagen cortesía de Sandor Berta