El amor es sufrido,
se aflige por el ser que ama
y por su alivio clama.
El amor es benigno,
le satisface el dar,
sin interés
solo por amar.
El amor no tiene envidia,
cuando otros triunfan
y prosperan
el amor no lo considera.
El amor no es jactancioso,
no se enorgullece,
es sencillo y cuidadoso
no importa si por eso padece.
El amor no se envanece,
con lo esencial crece
se desarrolla
y en el tiempo permanece.
El amor no hace nada indebido,
guardián es de la ley,
de los principios y la moral,
por eso te puede hacer rey.
El amor no busca lo suyo,
el egoísmo no lo conoce,
prefiere dar que recibir,
morir si es para tu vivir.
El amor no se irrita,
maravilloso es saber
que en las calles no grita,
ni peca por tu querer.
El amor no guarda rencor,
es la madre del perdón,
sus heridas sanan totalmente
del mal recuerdo no hay temor.
El amor no se goza de la injusticia,
mas se goza de la verdad,
cuando se obra con malicia
se ausenta de la realidad.
El amor todo lo sufre,
completamente todo,
no es parcial ni insensible
contigo se mete en el lodo.
El amor todo lo cree,
inocente es como un pequeño
que abre sus brazos tiernos
aunque haya un mal empeño.
El amor todo lo espera,
es soñador, y positivo,
es visionario y subjetivo
no piensa en un “si fuera...”
El amor todo lo soporta,
se refina como el oro
es fuerte, duro, no lo corta
un sentimiento sin decoro.
El amor nunca deja de ser,
permanecerá en el tiempo,
tocando vidas será su correr
y su aliento lo esparcirá el viento.
por Mery Bracho
Basado en I Corintios 13. Santa Biblia
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