Nunca te cites con un hombre
que no tome en serio al Señor.
Nunca te cites con un hombre
a quien no le agraden los niños,
especialmente los tuyos.
Nunca te cites con un hombre que
se burle de tu trasfondo cultural, o tu acento, u otro.
Nunca te cites con un hombre
que siempre pide dinero prestado.
Nunca te cites con un hombre
que dice que su jefe, su madre, o su primera esposa
no lo comprendían.
Nunca te cites con un hombre
que te llama por el nombre de su perro.
Nunca te cites con un hombre bebedor
especialmente si dice que no puede "controlar" lo que bebe.
Nunca te cites con un hombre
que es rudo con los vendedores
o con los empleados del restaurante.
Nunca te cites con un hombre
que hace alarde de cuánto recortó
de su declaración de impuestos
del año pasado.
Nunca te cites con un hombre
que usa un cinturón con hebilla estampada
que diga: “Hola Querida”.
Tomado del libro “De una madre sola a otra”
por Sandra Aldrich,
página 55. Edición 2007.