Es tiempo de reflexionar en el sacrificio por amor de Jesús en la cruz, quien murió por ti y por mi. ¿Quieres decirle hoy :"Tú, Señor, me has tocado. Jesús, tus manos han tocado mi ser?"
Jesús, tus manos me han tocado
Tus manos de carpintero
con cicatrices quedaron
después del magno sacrificio
testigos fieles de tu suplicio.
Esas manos cariñosas
que a los niños acariciaron
y a los enfermos sanaron
a mí también me han tocado.
Cada vez que las contemplo
y siento sus hendiduras
te agradezco Jesús por haber hecho,
con ellas, mi vida pura.
Mery Bracho