Con su voz, Jesús me llama por mi nombre
porque
me conoce personalmente.
Con su
voz, Jesús me dice cuál camino debo seguir,
me
reprende y disciplina cuando me desvío.
Con su
voz, Jesús me expresa su amor y compasión.
Con su
voz, Jesús me da sus promesas de vida abundante y eterna.
Con su
voz me consuela cuando triste estoy.
Con su
voz, Jesús me alienta para seguir adelante.
Con su
voz me siento acompañada, sé que puedo conversar con Alguien.
Con su
voz, Jesús me recuerda el velar y estar alerta.
Con su
voz me insta a predicar.
Con su
voz, Jesús me invita a comer con él,
Con su
voz eternamente viviré.
Mery
Bracho
No tengas miedo. Yo te he liberado;
te he llamado por tu nombre
y tú me perteneces.
Aunque tengas graves problemas,
yo siempre estaré contigo. Isaías 43:1-2
foto cortesía de chilombiano