Armadura que me protege
son las promesas de Dios.
Estando revestido de ellas ya no tengo temor.
Con tantas trampas invisibles para mí
puedo descansar en el cuidado fiel del Señor.
Ni mortíferas plagas, ni peligros,
ni enfermedades de la noche ni del día,
ni balas perdidas,
ni plagas tocarán mi familia.
La Verdad de sus promesas me protegerá,
Dios me librará de la angustia.
Él está conmigo y disfruto su presencia,
Él me responderá cuando le llame.
Dios me ama y me conoce,
al vivir bajo su obediencia y refugio
tengo gozo, salvación, disfrute y bendición.
Vivo feliz bajo sus alas,
en las alturas del Señor.
Poema del Salmo 91
Por Mery Bracho.
“Si haces al Señor tu refugio
y al Altísimo tu resguardo,
ningún mal te conquistará;
ninguna plaga se acercará a tu hogar.
Pues él ordenará a sus ángeles
que te protejan por donde vayas”.
y al Altísimo tu resguardo,
ningún mal te conquistará;
ninguna plaga se acercará a tu hogar.
Pues él ordenará a sus ángeles
que te protejan por donde vayas”.
Salmo 91:9-11
Las promesas de Dios me protegen. Confío en las promesas de Dios. Salmo 91. Las promesas de Dios son para mi. Protección me da Dios que me conoce bien. Seguridad tengo en Dios. Las promesas de Dios me quitan el temor, el miedo.