Reflexión Cristiana corta Dios es mi fortaleza por Mery Bracho
Esta mañana cuando llevaba mi hija menor a su escuela, mientras manejaba le pedí que repitiera después de mí el Salmo 27.
Unas 4 horas más tarde, luego de hacer unas compras había estacionado mi auto en la calle.
La señora bajó del auto y muy calmada se justificó con sus palabras, solo le dije que yo iba saliendo lentamente y ya había salido casi totalmente.
Probablemente yo perdería el choque, estábamos esperando los oficiales de tránsito pero yo no sabía que ella No los había llamado.
Luego de hacer varias llamadas me dijo:
“El Señor es mi luz y mi salvación...
Mery Bracho
El SEÑOR es mi luz y mi salvación.
¿A quién podría yo temerle?
El SEÑOR es la fortaleza de mi vida,
así que no le temo a nadie.
Aunque los perversos me ataquen
y traten de destruirme,
aunque mis enemigos me ataquen,
serán ellos los que tropiecen y caigan.
No tendré miedo aunque todo un ejército me rodee.
Confiaré en Dios aunque me declaren la guerra.
Sólo una cosa le pido al SEÑOR;
esto es lo que más quiero:
habitar en la casa del SEÑOR
por el resto de mi vida.
Así podré disfrutar del placer
de estar junto al SEÑOR
y visitarlo en su templo.
Cuando esté en peligro,
él me protegerá en su casa.
Él me esconderá bajo su techo,
me llevará a un lugar seguro.
El SEÑOR me ayudará a derrotar
a los enemigos que me rodean.
Así con alegría podré ofrecerle
sacrificios en su templo
y cantar en su honor.
SEÑOR, escucha mi llamado,
ten compasión de mí y contéstame.
SEÑOR, de todo corazón
quiero conversar contigo
y aquí estoy para adorarte.
No te alejes de mí,
no ignores a tu servidor.
Dios mío, tú eres mi Salvador.
¡No me dejes solo,
no me abandones!
Aunque mis padres me abandonen,
el SEÑOR se encargará de mí.
SEÑOR, enséñame a vivir como tú quieres.
Guíame por el camino seguro;
ayúdame porque tengo muchos enemigos.
No permitas que mis enemigos me derroten,
porque son muchos
los que dicen mentiras de mí
y tratan de hacerme daño.
Yo, en cambio, espero disfrutar
de la bondad del SEÑOR mientras viva.
Mientras aguardan,
confíen en el SEÑOR.
Sean fuertes y valientes,
y esperen que el SEÑOR les ayudará.